Ayer alguien me decía que sentía que su corazón estaba lleno de tantas cosas, que a veces no quedaba espacio para Dios.
Para mí,el mejor fármaco ante esto,ha sido vaciarlo todo ante el Señor.Como la mujer que derramó su mejor perfume sobre los pies de Jesús, reconociéndole como el Creador y Señor de toda mi vida.
Yo hoy te invito a cantarle esta canción al Señor. En tu intimidad. Pídele que te de sus ojos, sus manos, sus pies, su corazón....pedirle eso implica renunciar a tus propios ojos, manos, pies, corazón...A veces no es fácil, pero el proceso de renuncia nos capacita para recibir a Dios y dejarnos transformar por Él.
Si hoy sientes la necesidad de destapar tu frasco de perfume y derramarlo entero ante Él,no tengas miedo, alégrate....te aseguro que merece la pena. Te lo digo yo, que tengo un "doctorado" en miedo.
"…a nada concedo valor cuando lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor….(Flp.8.3) "
sábado, 19 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pues no sabía yo que tú tenías un blog... Me he enterado por tu comentario, así que me alegro mucho de leerte por aquí, añadiré un enlace al tuyo. Besos y bendiciones.
David.
Pasaba para refrescarme con tus fermentos de esperanza. Dios te usa con tanto arte. Eres una gran bendicion!
Publicar un comentario